Actualmente, sólo las cadenas importantes en el mundo utilizan bolsas bio-degradables, lo cual es reconocido por los consumidores, quienes cada vez tienen más conciencia de la importancia del cuidado de la naturaleza y optan por comprar en establecimientos con estándares de protección ambiental.
La fabricación de estas bolsas incluye un aditivo especial, que al entrar en contacto con el oxígeno, la luz sola y la fricción permite que la bolsa se deshaga en pedazos más pequeños, lo que luego permite que microorganismos como hongos o bacterias se alimenten del material de la bolsa convirtiéndolo en agua, biomasa (humus), sales minerales y gas carbónico, como el que exhalamos al respirar.
- Reduce la contaminación de los ríos, las calles y las ciudades.
- Evita que peces, aves y otros animales mueran al ingerirlas.
- Alarga la vida útil de los rellenos sanitarios.
- Crea conciencia ambiental en la comunidad.
- Aporta un grano de arena reduciendo la contaminación ambiental.
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